martes, diciembre 29

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El difunto se perdió en la tierra.

Su viuda corrió un mueble.

Perdida en su rutina, encontró tiempo

para inventar las palabras

que la salven del olvido.

Al mira por la ventana

notó por primera vez

lo amarillo de su campo.

Quienes hablan en sueños

traen palabras del más alla,

repite dormida.

Y en su soledad

nadie la escucha.
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