sábado, enero 30

.
.
Ya perdida la euforia,
y después de esta el temor,
la bronca y el predecible dolor.
Ya después del laberíntico día,
de las nubes de lluvia
o del agrietado asfalto.
Solo después de todo,
cuando se geste tímido el silencio.
Solo entonces quedara esta melancolía,
suspendida en el aire…
Como una nota que se extingue en sádica lentitud,
preguntando por un nombre que jamás responde a mis letras