domingo, marzo 14

La prosa herida
sin hierros,
ni de estos los filos,
ni el calido beso.

Rota,
como la flor arrancada.
Condenada a ser de muertos
o de frívolos amantes,
y a un perfume por epitafio.

Insana dirán,
internándola bajo dieta de TV,
pastillas y sentires llanos;
hasta verla transformada
en un triste parte medico.

Nunca admitirán que es la realidad
de las drogas la mas cruda y pesada,
porque el hospicio no tiene colores,
ni músicas, ni letras…

Ni espacio para un alma adelantada
o un simple corazón roto.