sábado, marzo 20

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Has de tu carne un jardín,
de tus manos las alondras,
vuelve nacida en un ave
que nunca cesa el vuelo.

Porque si existe un arte
más perfecto que el de desaparecer
sin ser olvidado
jamás ha sido escrito ni enseñado.

Inventa una palabra
y suéltala al viento
que la descansaré en mis manos
para que el mundo no la contamine.

Regálame otro nombre,
uno blanco como tu rostro joven.
Que quiero oírme de tu voz
como la noche se oye en los grillos.

Y dibújate más allá de mi piel…
Necesitare sentirte de alguna forma
cuando ya te encuentres libre.
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