.
.
Trepo a tu oído,
sensual vértigo,
hablo como hombre
con mi pecho crispado.
- Shhh... usa conmigo palabras de niño. -
Hablo como ayer,
no es suficiente,
no es lo que esperabas...
no esperabas nada,
buscabas un pie para hacerme pensar
¿Cuanto es suficiente?
.
.
.